martes, 3 de noviembre de 2009

Fito Páez en Sesiones Imperial

Cuna del teatro de revista, rebosante de mujeres pechugonas, esta vez el Maipo tuvo el gran lujo de recibir a un flaco y peludo, maestro de la música, para dar cátedra en la sala.
Anoche, 2 de noviembre, se presentó Fito Paéz culminando el ciclo "Sesiones Imperial", que anteriormente había invitado a tocar a Gustavo Cordera y a Catupecu Machu.
Fue un deleite disfrutar de la música de Fito. Por más de una hora se despachó con el disco completo "Rodolfo", acompañado solamente por su piano. Y no hizo falta nada más.
Ese disco, no tan vendedor como el consagrante y masivo "El amor después del amor", tiene una variedad de melodías y texturas musicales que, puestos a refinar la oreja y a percibir la belleza a simple vista sensorial, enaltecen aún más las dotes del rosarino como compositor y como intérprete.
Fito hizo lo que quiso con las teclas, las corcheas y las fusas.

Contó la historia, con ribetes de largometraje fallido, en la que se basa la canción "El verdadero amar" y además recordó a Mercedes Sosa cuando interpretó "Zamba del cielo", esa canción del rosarino que la tucumana incluyó en su último álbum "Cantora".

Acá hay un pedacito de "Sofi fue una nena de papá".


Y aquí "Mágica Hermosura".



Al final del concierto, y ante de los bises (clásicos como Fue amor, Dar es dar y Mariposa Technicolor), Fito cantó a capella "Yo vengo a ofrecer mi corazón".